

Por: ROMINA
Los besos tienen una historia de aproximadamente 4,500 años, documentados en la antigua Mesopotamia y Egipto alrededor del año 2500 a. C. Originalmente parte del acto sexual y demostraciones de afecto entre familiares y amigos, estos gestos continúan desempeñando roles similares hoy, y están respaldados por la ciencia por sus diversos beneficios.
El doctor Claudio Waisburg, experto en neurología y director del Instituto Soma, explica que los besos activan una reacción química en el cerebro, liberando hormonas como la oxitocina, dopamina, serotonina y endorfinas. Estas sustancias son clave para el apego, el placer, el bienestar emocional y la calma.
La doctora Milena Mayer, uróloga y sexóloga clínica, destaca que los besos también fortalecen vínculos afectivos y disminuyen el estrés al reducir el cortisol. Este poderoso medio de comunicación no verbal mejora el estado de ánimo y la autoestima.
La antropóloga Helen Fisher sostiene que el beso es un mecanismo adaptativo que nos ayuda a evaluar la idoneidad de nuestras parejas mediante señales biológicas recibidas a través del contacto íntimo.
Waisburg resalta que besar mejora la presión arterial, alivia el dolor físico, potencia la inmunidad y activa la empatía y la autoestima. La falta de besos puede tener efectos negativos en la salud emocional y física. Factores como el estrés y el uso de dispositivos digitales han reducido su frecuencia en las relaciones modernas. Mayer añade que esta disminución es notoria en parejas de largo plazo y ha sido acentuada por el aislamiento físico durante la pandemia.
Explicaron que algunas de las razones detrás del distanciamiento emocional se encuentran en el uso excesivo de pantallas y la ansiedad constante, factores que nos alejan de pequeños momentos que podrían mejorar nuestra calidad de vida. La rutina y el estrés diario contribuyen a una desconexión afectiva, y con el tiempo, algunas parejas pueden perder el contacto físico y emocional.
¿Cómo recuperar el deseo y aumentar los besos en la pareja? La doctora Mayer subrayó que es crucial entender que el beso no siempre tiene que llevar a un encuentro sexual. Debemos replantearnos el guion mental que tenemos. Crear momentos íntimos y de calidad sin pantallas es esencial; realizar un detox digital a cierta hora es urgente, comentó.
Además, indicó que el contacto físico no sexual, como abrazos, caricias o tomarse de la mano, fomenta la conexión emocional y la inclinación hacia los besos. Recuperar juegos de seducción, como miradas o mensajes, facilita esta conexión. El placer se construye. Besarnos conscientemente durante 5 minutos, 2 o 3 veces por semana, puede mejorar nuestra calidad de vida porque es una manera encantadora de conectar.
Curiosidades sobre los besos
1. El beso romántico es común en más del 90% de las culturas del mundo, según un estudio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
2. Podría tener su origen en un ritual de limpieza entre primates. Según un estudio en Evolutionary Anthropology, chimpancés y grandes simios revisan su pelaje con los dedos y usan los labios para limpiar, un gesto que habría dado origen a este comportamiento afectivo en humanos.
3. Ayudan a evaluar a una posible pareja. Además de ser una expresión de amor, los besos tienen utilidad ancestral: funcionan como una evaluación química del compañero y estimulan los instintos reproductivos. Investigadores de la Universidad de Oxford hallaron que besar ayuda a evaluar parejas potenciales y mantener relaciones a largo plazo.
4. Indican una buena vida sexual en pareja. Un estudio en Sexual and Relationship Therapy demostró que la frecuencia de los besos es un fuerte indicador de la buena salud de una relación, sugiriendo que podría servir como medida del vínculo y calidad sexual.
5. Contribuyen a la monogamia. Un estudio en Proceedings of the National Academy of Sciences reveló que la oxitocina es crucial para que los hombres se vinculen con una pareja y sigan monógamos. Las mujeres, por otro lado, liberan oxitocina durante el parto y la lactancia, fortaleciendo el vínculo madre-hijo.
6. Reducen niveles de cortisol y controlan el estrés. Una revisión publicada en Nature Human Behaviour confirma que el contacto físico, como abrazos, aporta beneficios para la salud física y mental a cualquier edad.
7. A través de los besos, las parejas estables tienden a compartir una microbiota oral similar. Cuanto más se besa una pareja, más similitud hay entre sus bacterias bucales. Aunque puede parecer romántico, es posible compartir bacterias dañinas. Según The Conversation, Jessica Gil Serna y Alejandro Mira Obrador explicaron este fenómeno desde la microbiología.
Aunque el beso responde a funciones biológicas, también está influido por tradiciones culturales milenarias. Aún queda mucho por investigar sobre esta práctica cotidiana; entretanto, la recomendación es besarse más. Como afirmó el doctor Waisbrug: El beso es una medicina natural, gratuita, nutritiva emocionalmente y necesaria biológicamente. Abraza, besa y conecta todo lo posible; ¡tu cerebro te lo agradecerá!