

Por: Romina
Según Melconian, las recientes medidas no constituyen un plan estratégico; más bien, son un cambio abrupto que mantiene la influencia del FMI. Señaló que el Gobierno ha mostrado mejor desempeño en el ámbito fiscal, pero persiste la falta de claridad en materia monetaria y cambiaria. Comentó que la estrategia fiscal actual requerirá ajustes en 2025 y que las opciones son limitadas: aumentar la recaudación o reducir el gasto.
También expresó preocupación por la sostenibilidad del superávit y cuestionó la política tributaria en curso, señalando la incertidumbre sobre su aplicación a nivel nacional y provincial. Sobre las retenciones al sector agropecuario, sugirió que la situación es incierta y cuestionó las decisiones relacionadas con la compra de dólares por parte del Gobierno.
Melconian subrayó la necesidad de establecer reglas claras para alcanzar estabilidad económica, criticando una supuesta falta de coherencia en las decisiones actuales. Destacó que el modelo económico está en transición sin una hoja de ruta bien definida. Además, mostró cautela sobre los capitales especulativos que podrían entrar al mercado, advirtiendo sobre los riesgos si no se logra evitar una situación de inestabilidad financiera.
Finalmente, señaló las dudas sobre los compromisos asumidos por el Gobierno con el FMI, incluyendo reformas tributarias, previsionales y laborales, sugiriendo que estas requieren acuerdos políticos amplios que aún no se vislumbran.
Marzo fue un mes decisivo y merece una atención detallada, ya que refleja lo que podría venir. Si no se aborda el problema estructural de la inflación y solo se aplican soluciones temporales, la confianza se deteriorará. También hay que considerar cómo la inflación afecta el poder adquisitivo y el consumo.
Esto es solo el comienzo de un largo proceso. Es positivo haber empezado, pero sin reglas claras y coherencia entre las políticas fiscal, monetaria y cambiaria, además de reformas profundas, no se logrará mucho. No es un plan económico completo, apenas un inicio.
Competitividad: Argentina sigue siendo costosa en dólares. En la parte final de su entrevista, el economista Carlos Melconian abordó un tema crucial para la economía real: el precio en dólares y su impacto en la competitividad de Argentina.
Consultado sobre si el país sigue siendo caro en términos de divisa extranjera, Melconian fue contundente: Sí, seguimos siendo caros en dólares. Este es un problema estructural que persiste desde hace tiempo. Aunque eliminar restricciones cambiarias es un paso importante, no basta para corregir las distorsiones de fondo sin una reforma tributaria y laboral profunda.
Cuando hablamos de precios en dólares, no se trata solo del tipo de cambio. También influyen la formación de precios internos, los costos logísticos, la carga impositiva y los salarios en relación con la productividad.
Melconian hizo una comparación con los años 90, advirtiendo que no se puede trasladar directamente aquel contexto al presente: En los 90 se vivía una realidad cambiaria y global distinta. Hoy, el dólar en Estados Unidos ha perdido valor relativo debido a su propia inflación. Esto afecta cómo medimos nuestros precios en dólares.
Respecto a la viabilidad del programa económico del gobierno de Javier Milei, Melconian fue cauteloso: Esto no es automático. Sin financiamiento externo y sin credibilidad constante, cualquier intento de estabilización puede fracasar. No basta con dejar de emitir; se necesita una política integral y consecuente.
Finalmente, Melconian agradeció el espacio con tono amistoso y dejó una reflexión que resume su perspectiva: No soy futurólogo, pero está claro que esto es una maratón. Creer que todo se resolverá con un solo paso es un error. La transformación requiere tiempo, reformas profundas y mucha credibilidad.