

Por: Germán
Bruno Todone, analista de granos de AZ Group, explicó que con el nuevo sistema de bandas entre $1000 y $1400, es probable que cuando el dólar se acerque a la banda inferior, el productor retenga su mercadería, y a medida que el valor alcance los $1400, se realicen más operaciones. “Es importante considerar el calendario de deudas que pueda tener el productor. Hemos tenido campañas donde se ha recurrido a un alto financiamiento y algunas regiones enfrentan mayores niveles de endeudamiento, por lo que deberán vender para saldar sus deudas”, comentó.
Los productores deben cumplir con sus obligaciones entre mayo y junio. “Comenzamos a planear la campaña de fina [trigo y cebada], con un avance en la compra de insumos. El productor debería generar ingresos para avanzar”, añadió. En estos días, los productores están esperando el comportamiento del tipo de cambio, basando sus decisiones de venta en esta dinámica.
Javier Preciado Patiño, analista de RIA Consultores, destacó que será necesario observar el comportamiento de las variables tras una semana breve, el acuerdo con el FMI, el fin del dólar blend y la flotación entre bandas. La semana pasada, mencionó, “hubo un fuerte registro de DJVE [Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior], alcanzando 2,6 millones de toneladas en tres días. Aunque en comparación con el promedio de los últimos años todavía hay un retraso en los embarques programados para abril, el avance después del viernes 11 de abril ha sido significativo”.
El promedio diario de esos tres días ha sido similar al de la semana anterior, sin una retracción. Sin embargo, aún son promedios diarios bajos. El viernes, los contratos de granos se liquidaron a un dólar de $1126, un monto similar al que era el blend antes del 11 de abril. En el ínterin, el precio del contrato de soja para mayo cayó 10 dólares, lo que significa que el productor actualmente está facturando menos que antes del 11 de abril. El miércoles pasado, los negocios en pesos para la soja se situaron en $320.000, frente a $330.000 antes de la nueva flotación.
“Estamos en pleno pico de cosecha y existe una necesidad de vender para cubrir gastos y deudas, lo que podría generar más transacciones en las próximas semanas. Además, si las condiciones climáticas son favorables, la cosecha se agilizará y se espera que el volumen sea similar al del año anterior. Incluso se habla de rendimientos superiores a lo esperado”, explicó, afirmando que en este escenario el productor que vende no enfrenta brecha cambiaria. “Habrá quienes, al realizar lo necesario para su operación, elijan esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos”, ejemplificó.
Guillermo García, consultor externo agroindustrial, subrayó que el registro de DJVE durante los primeros tres días de la flotación fue decreciente, siguiendo un patrón clásico de ventanas cambiarias como sucedió con el “dólar soja”, donde los primeros en vender lograban un mejor tipo de cambio. Observó que en el primer día tras la eliminación del cepo, los exportadores aprovecharon la mejor cotización para registrar ventas, citando el caso de Louis Dreyfus Company (LDC), que tiene una gestión financiera destacada y actúa rápidamente ante las ventajas cambiarias.
La decisión del Banco Central (BCRA) de retirar los instrumentos de liquidez (pases activos) con el fin de eliminar pesos del mercado ha dejado a los bancos con menor efectivo para operar. Como resultado, algunos bancos comenzaron a vender activos, lo que también presionó a la baja el tipo de cambio implícito. “Es parte de su estrategia financiera: optimizan la cantidad de pesos frente a dólares liquidados, en una especie de dólar soja ligero. El que primero vende gana, aunque no de forma tan abrupta como con el primer dólar soja de Massa”, explicó.
El Gobierno ha facilitado la entrada de dólares con una permanencia mínima de seis meses, buscando atraer inversiones en pesos con altos rendimientos (carry trade). En este contexto, señaló que JP Morgan recomendó realizar carry trade en Argentina al menos hasta las elecciones de agosto. Destacó que el productor enfrenta varios frentes ante la caída del tipo de cambio, en un contexto donde el blend tiene un valor más bajo que antes del fin del cepo, además de la finalización temporal de la reducción de retenciones [el 1° de julio próximo], las obligaciones financieras y las consecuencias de descuentos logísticos si no se entrega a tiempo.
“En soja habrá un incremento en las ventas o fijaciones que se habían estado postergando. La industria sabe que sus márgenes son mejores entre abril y mayo. Al tener poco comprometido, habrá descuentos por logísticas. El productor venderá a su propio ritmo, en función de sus obligaciones. Puede que decida vender si logra aprovechar una relación de canje favorable con insumos como la urea, aunque regularán el nivel tecnológico”, añadió.