

Por: Germán
La procesión, liderada por cardenales y custodiada por la Guardia Suiza, pasó por diversos lugares emblemáticos del Vaticano hasta entrar a la basílica por la puerta principal. El ataúd fue colocado frente al Altar de la Confesión, próximo a la tumba de San Pedro y bajo el grandioso baldaquino diseñado por Bernini.
Al poco tiempo, las puertas de la basílica se abrieron al público y comenzaron a llegar las primeras personas para rendir homenaje al Sumo Pontífice. Las colas se extendían por la Plaza de San Pedro desde las primeras horas de la mañana.
La liturgia de despedida incluyó la entonación de las letanías de los santos y se realizó en presencia de altos representantes de la Iglesia y funcionarios del Vaticano. Esta escena dio inicio a las ceremonias que culminarán el sábado con el funeral oficial, programado en la Plaza de San Pedro y al cual asistirán delegaciones de varios países, líderes religiosos y jefes de Estado.
El cuerpo del papa Francisco será velado al público hasta el viernes y, posteriormente, se llevará a cabo una ceremonia privada para sellar el féretro, antes de la misa final. Francisco falleció el lunes a los 88 años, tras más de diez años de pontificado caracterizados por su mensaje de humildad, justicia social y apertura.