Por: ROMINA

El caso comenzó cuando M. A. P. denunció haber acordado la venta de ropa valorada en $285,200 con alguien que la contactó por WhatsApp. Tras aceptar un pago mediante un enlace enviado por el comprador, recibió una notificación de contracargo de Tarjeta Naranja relacionada con la transacción. Al tratar de comunicarse nuevamente, se encontró bloqueada.

La noticia se expandió en redes sociales, donde otros usuarios señalaron a A. M. G. y su pareja como los sospechosos. Inclusive, B. se contactó con P., admitiendo el fraude y prometió devolver las prendas.

Días después, G. y B. se presentaron en el Departamento de Cibercrimen para denunciar que G. había perdido acceso a su cuenta de WhatsApp sin intención. Los investigadores desconfiaron de esta versión debido a las robustas medidas de seguridad de la aplicación, sospechando que intentaban desligarse del mal uso de la cuenta.

El caso tomó otro rumbo cuando V. E. C., de Corrientes, denunció el uso fraudulento de su tarjeta de crédito por aproximadamente $2,000,000. Se descubrió que B. había solicitado sus datos bajo el pretexto de obtener un crédito automotriz, llevando a la verificación de que la tarjeta se usó en compras previamente reportadas por Palacios. Se pidió la ayuda de la División de Delitos Complejos de Corrientes para continuar con la investigación.

Con una orden judicial, el equipo del Departamento de Cibercrimen allanó una residencia en la calle Alfredo Veirave al 700, en Resistencia. Allí incautaron dos iPhones, una notebook, un Samsung, una tarjeta SIM y varias prendas denunciadas por las víctimas. A. M. G. y W. L. B. fueron detenidos.

Los acusados fueron llevados a Medicina Legal para los exámenes pertinentes y permanecen a disposición judicial mientras avanza la investigación para determinar el alcance total de sus actividades fraudulentas y si hay más involucrados.