

Por: ROMINA
A fecha del 29 de abril de 2025, los aumentos más destacados se observaron en cortes como el roast beef, que pasó de $9.759 a $13.300 (+36%), la carnaza común, que subió de $7.381 a $10.100 (+36%), el cuadril, que incrementó de $12.719 a $17.500 (+33%), y la paleta, ahora a $13.400 desde $10.152 (+32%). Otros cortes como la nalga, el lomo y la bola de lomo también registraron aumentos que oscilaron entre el 16% y el 28%.
Este panorama ha obligado a varias consultoras a actualizar sus previsiones de inflación para abril. La carne ocupa un lugar relevante en el rubro Alimentos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y su notable incremento presiona al alza el índice general.
De acuerdo con la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), el consumo de carne vacuna disminuyó un 2,7% en marzo respecto al mes anterior y un 5,4% interanual. El promedio per cápita descendió a 47,8 kilos anuales, el nivel más bajo en treinta años. En los supermercados, las ventas de carne bajaron un 7,1%, y en autoservicios disminuyeron un 3,7%. Frente a esta situación, muchos consumidores han optado por alternativas de proteína como el pollo o el cerdo.
Según el informe semanal de la consultora LCG, los alimentos acumulaban una subida del 3,4% en abril, liderada por la carne con un aumento del 6,9%, seguida por los condimentos (+5,5%). Otros productos como el aceite y las verduras mostraron bajas de hasta el 1,6%.
Aunque en la última semana no se registraron grandes variaciones generales, seis categorías básicas presentaron descensos de hasta el 2,8%, como en el caso del azúcar.
El Gobierno espera mantener la inflación de abril por debajo del 4%, considerando que cualquier cifra inferior será vista como un logro tras la eliminación del cepo cambiario. Sin embargo, con una caída en el consumo y ajustes salariales insuficientes, incluso una inflación cercana al 3% representa una carga significativa para los sectores más vulnerables.
El aumento en el precio de la carne afecta tanto a los hogares argentinos como al gobierno, que busca controlar los precios en un entorno de alta volatilidad económica y en espera de los datos oficiales del INDEC.