

Por: ROMINA
En el sanatorio de Vicente López, tanto el neurocirujano Leopoldo Luque como la psiquiatra Agustina Cosachov, ahora acusados por su muerte, ya habían tomado decisiones cuestionables sobre la salud del ícono. Un médico, testigo en el juicio, declaró este martes: “Me pedían que lo sedara”.
Este testimonio fue dado por Fernando Villarejo, jefe de terapia intensiva de la Clínica Olivos, quien supervisó a Maradona tras su intervención. Según recordó, el astro del fútbol se encontraba inquieto, deseaba regresar a su casa y por momentos resultaba “inmanejable”.
Esta situación preocupaba a Luque y Cosachov, quienes discutieron con Villarejo en la clínica sobre sus inquietudes acerca de lo difícil que era manejar el comportamiento de Maradona debido a un posible síndrome de abstinencia, pidiendo así su colaboración.
Villarejo reveló que le solicitaron colaborar en la desintoxicación del paciente: “Querían sedar al paciente, eso me pedían Cosachov y Luque. Fue una reunión complicada porque me negué enfáticamente. No me parecía adecuado y lo dejé registrado”.
El jefe de terapia intensiva remarcó que la sedación no era la mejor opción bajo su criterio y señaló a los acusados los riesgos potenciales. También sugirió involucrar un equipo multidisciplinario para abordar la situación.
Sin embargo, se optó por sedar a Maradona. “Se decidió sedarlo. Se le puso un catéter venoso, lo cual no fue fácil porque él no colaboraba. Lo tuvimos sedado 24 horas. Sin embargo, para revertir un proceso de abstinencia correctamente se necesita un protocolo más adecuado que no culmina en 24 horas”, concluyó Villarejo.