

Por: Germán
La exdiputada compartió su relación afectiva con Francisco: “Tenía una conexión espiritual muy cercana con Jorge, no durante su papado, sino anteriormente. Existía un vínculo personal profundo”, recordó con nostalgia. También añadió: “Cuando noté que Bergoglio no salía, recién ahí comprendí”.
Aunque reconoció la calidez con la que fue recibido el nuevo Papa, Carrió no dudó en expresar sus reservas. “La elección fue rápida y bien recibida por los sectores conservadores, lo cual me incomoda”, manifestó, sin ocultar su preocupación. “Con el tiempo, veremos hacia dónde se dirige”, agregó.
Carrió también se refirió al trasfondo espiritual del nuevo pontífice, resaltando su pertenencia a la orden de San Agustín. “A diferencia de los jesuitas, los agustinianos son más místicos y menos racionalistas, confían más en la intuición que en el pensamiento aristotélico”, indicó.
Destacó la figura de San Agustín como ejemplo de transformación personal: “Él fue un gran pecador que encontró a Dios a través del sufrimiento. Si el Papa sigue ese camino y realmente es agustiniano, me sentiría más tranquila”, expresó.
Finalmente, comentó: “Parece que regresa el lujo y la ortodoxia, pero su experiencia en un pueblo pobre como el Perú deja un signo de interrogación en mí”, concluyó. Sin embargo, ambas coincidieron en que la rápida aceptación por parte de sectores conservadores plantea dudas. “No me gusta esa cercanía. Me genera incomodidad”, insistió Carrió. “Es un gesto de unidad, pero también una señal a observar con atención”, finalizó, dejando abierta una advertencia.