Por: ROMINA

A pesar de que la familia paterna había denunciado el maltrato en siete ocasiones, las autoridades hicieron caso omiso.

Después de múltiples audiencias y más de 100 testigos, se determinó que aquella trágica noche, Córdoba agredió brutalmente a Zoe y luego, con la ayuda de Bustamante, quemó su cuerpo para ocultar las evidencias. Un informe forense reveló que la niña aún estaba viva cuando la incendiaron.

La familia de Zoe había intentado evitar que la madre recuperara la tenencia, advirtiendo sobre el peligro que representaba, pero las autoridades decidieron devolverla a su madre, quien la mató meses después. "Nosotros sufrimos mucho al escuchar todo lo que le hicieron a Zoe", declaró Oscar Rodríguez, el abuelo de la víctima.

El crimen ocurrió en su hogar en el barrio Loteo San Andrés, donde se comprobó que la madre la golpeó causándole fracturas en distintas partes del cuerpo. Luego, en un intento de encubrir el crimen, la quemaron en el patio. La causa de la muerte fue asfixia por humo y quemaduras.

Córdoba vivía en condiciones de pobreza extrema y tenía adicciones, mientras que Bustamante le proveía sustento. El juicio, que comenzó en julio del año anterior, reveló detalles perturbadores sobre la relación entre los condenados y la historia de maltrato que vivió Zoe.

El tribunal condenó a ambos por homicidio agravado, determinando tratamientos psicológicos permanentes para los culpables. La jueza Karina Cabral apuntó que la administración de justicia había fallado, mencionando la negligencia de las instituciones que no actuaron sobre las denuncias de maltrato.

El abuelo de Zoe criticó a las autoridades por su falta de acción y expresó su gratitud hacia la jueza por su dedicación. En el corazón de su familia, Zoe siempre será recordada y, a pesar del dolor, hay un deseo de justicia que perdura. El padre de Zoe, Kevin, encontró algo de paz tras la sentencia, recordando a su hija y prometiendo mantener su memoria viva.